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Introducción:
Cuando se habla del Ensayo, muchas veces se comete el error de no
dejar en claro cuáles son las características que lo distinguen
de otros tres tipos de trabajo que suelen ser confundidos con la
forma literaria de la que hoy nos ocuparemos.
Ensayo, Monografía, Estudio y Tesis: Similitudes y Diferencias ¿Cuántas
veces nosotros dijimos "ensayo", cuando en realidad debimos haber
dicho "monografía", "estudio" o "tesis"?... ¿Y por qué se produce
este error tan a menudo? La respuesta es simple... Sucede que estos
cuatro tipos de escritos son, la mayoría de las veces, de carácter
informativo. Y también, en todos ellos se presentan conclusiones
personales sobre un determinado tema.
Además de lo antedicho, otra razón que se suma para provocar confusiones
al momento de definirlos es que para cualquiera de estos trabajos
(como ya dijimos: monografía, estudio, ensayo o tesis), se deben
cumplir los siguientes tres pasos:
* Recolección de datos.
* Reflexión sobre el material: Ordenación y análisis de conceptos.
* Conclusiones personales: Elección de un esquema para desarrollarlas.
Como vimos, es muy fácil confundir las formas mencionadas. Por ello
vamos primeramente a definir todas aquellas que se asemejan al ensayo
sin responder totalmente a los requisitos estructurales de éste.
"La monografía es, por lo general, un trabajo breve que se apoya
en la investigación y se centra sobre un tema preciso. Es una tarea
que suelen realizar alumnos secundarios, universitarios y aún graduados,
con las diferencias de rigor y profundidad que, como es lógico,
corresponden a cada nivel.
El estudio también se basa en la investigación, pero puede desenvolverse
con más amplitud hasta conformar un libro".(1
Cuando, en cambio, decimos tesis, estamos hablando de un trabajo
de investigación que tendrá una extensión más importante en el desarrollo
del tema a tratar. En general recibe ese nombre el trabajo final
de una carrera de postgrado, que, de ser aprobado, posibilitará
el alcanzar el doctorado en alguna disciplina. Es lo que se conoce
como tesis doctoral.
Pero, también muchas carreras de grado tienen como asignatura obligatoria
la aprobación de un trabajo similar a la tesis doctoral. En este
caso recibe el nombre de tesina o tesis monográfica. En cualquiera
de estos dos casos, el requisito que tiene obligación de cumplir
un trabajo que reciba el nombre de tesis es el de aportar, gracias
a la tarea de investigación, algún conocimiento absolutamente nuevo
e inédito a los saberes científicos.
Para ello se establecerá una hipótesis que delimitará los campos
de la investigación y dejará en claro cuál es el objetivo del trabajo.
Esta hipótesis puede presentarse en forma de afirmación o de pregunta
que, a lo largo de la tarea de investigación se responderá o, en
el caso de que sea formulada como afirmación positiva o negativa,
se corroborará la veracidad de la misma.
El Ensayo: Definiciones y características
de estilo. Vamos, por fin, a ocuparnos del ensayo.
Veremos a continuación, algunas de las muchas definiciones que tal
género recibe.
"Ensayo, composición literaria que tiene por objeto presentar las
ideas del autor sobre un tema y que se centra, por lo general, en
un aspecto concreto. Con frecuencia, aunque no siempre, el ensayo
es breve y presenta un estilo informal. El género se diferencia
así de otras formas de exposición como la tesis, la disertación
o el tratado."(2 "El género lo bautizó Montaigne en 1580 cuando
escribió sus "Essais". Tuvo fortuna, y se fue repitiendo hasta nuestros
días, si bien significando obras bastante diversas: desde el estudio
y libro completo, al que se denomina "ensayo" en señal de modestia,
o por la conciencia de que supone sólo un primer contacto serio
con el problema, no exhaustivo ni definitivo; hasta el artículo
breve y aéreo que nos trae la prensa del día.
Sin duda que el nombre seguirá aplicándose a esa amplia gama de
escritos; con todo, el sentido técnico del ensayo se va perfilando
cada vez más.
"El ensayo, definiéndolo concretamente tal como lo concibo en nuestros
días, consiste en escribir de todo, desde un punto de vista personal
y reflejando la cultura general del autor como base para su creación
ingeniosa, inteligente o genial". (J. de Entrambasaguas: Ensayos,
I). G. Fernández de la Mora, acierta a discernir finamente el ensayo
del artículo:
"El ensayo, como el artículo, entra de lleno en la prosa didáctica
y más concretamente en la literatura de ideas. Uno y otro renuncian
a la erudición y a la cita puntual; los dos tienen pretensión de
claridad y de belleza; en ambos importa primordialmente el punto
de vista del autor, el sello personal. Pero el ensayo escapa a la
servidumbre de la oportunidad y al imperativo de la concisión".
(El artículo como fragmento).
Es decir que en la actualidad "ensayo" es un
- escrito fácil y bien redactado
- que expone un problema cualquiera
- desde un punto de vista personal - con desarrollo fragmentario
- que no se encarga de argumentos y citas
- sino que se apoya en una interpretación intuitiva
- pero respaldada por una completa filosofía
- enfocada hacia un humanismo actual
- cargada de sugerencias y horizontes.
A. Carballo, en un bonito estudio sobre el ensayo, lo resume así:
"alusión, elisión y sugerencia".
El mismo nos señala, de un modo sucinto los rasgos del estilo ensayista,
tras haber declarado que "no pueden señalarse características de
estilo al ensayo. Cada escritor se sirve de sus tradicionales preferencias"...
"Los límites y la estructura del género parecen exigir, sin embargo,
algunas notas: claridad, sencillez expresivas; claridad y sencillez
conceptuales... Estilo ágil, directo, conversacional". (El Ensayo
como género literario.)(3
Podemos agregar a lo antedicho que, en periodismo, muchos textos
conocidos con el nombre de columna, nota o artículo pueden responder
a la forma literaria correspondiente al género ensayo, aunque su
extensión no sea excesivamente larga.
Un consejo para el momento de producir este tipo de textos, así
como también los mencionados al principio de esta ficha (monografía,
estudio y tesis), es el de conocer y comprender acabadamente el
tema a desarrollar.
Esto no sólo quiere decir que, para mayor tranquilidad del autor,
conviene que este conozca la pequeña porción del tema planteado,
sino que debe informarse sobre los grandes problemas que se acerquen
al asunto que lo ocupa.
¿Por qué? Porque de otro modo el texto carecería de sentido, o,
por lo menos, presentaría un contenido inconexo y un tanto incomprensible.
El texto solamente tendrá sentido pleno cuando el autor lo pueda
visualizar formando parte de un todo. Por ello se debe recolectar
información sobre el tema, ordenarla, analizarla y compararla, para
así poder discernir, aunar, sintetizar, conjeturar y arribar a una
conclusión o pregunta final que abra el camino de otras tareas de
investigación.
Para llegar a esa conclusión o pregunta final es indispensable que
se organicen los datos, que, de esta manera, podrán ser utilizados
en el momento adecuado para lograr el objetivo de toda comunicación
(la transmisión de una idea a un público determinado), que, en este
caso, tendrá estructura de ensayo. Y, para que dicho objetivo se
alcance, se deberá tener especial cuidado en la gracia del lenguaje,
cuidar la estética del texto. Es decir: un ensayo, tesis, monografía
o estudio, siempre serán más perfectos y mejor recibidos por los
lectores cuanto mayor sea la belleza intelectual del texto. Y si
a la belleza intelectual se le suma una expresión lingüística adecuada,
el texto también se enriquecerá de belleza artística.
Historia del género literario conocido
como Ensayo
" Origen del ensayo
Si bien algunas obras de escritores latinos como Cicerón, Séneca
y Plutarco pueden considerarse prototipos del género, el ensayo
es fundamentalmente invención del escritor francés Michel Eyquem
de Montaigne. El desarrollo de esta forma literaria es resultado
de la preocupación por el ser humano demostrada durante el renacimiento,
que estimuló la exploración del yo interior en relación con el mundo
exterior. Los Ensayos de Montaigne (como el propio autor quiso llamar
a las breves y personales meditaciones en prosa que comenzó a publicar
en 1580) surgieron en una época de grandes cambios intelectuales
y sociales; un periodo en el que los europeos revisaron sus opiniones
y valores sobre temas de muy diversa naturaleza: la muerte y la
posibilidad de una vida futura, el viaje y la exploración o las
relaciones sociales. Temas que todavía hoy son los principales asuntos
del ensayo contemporáneo.
Anonimato y seudónimos
El declive del individualismo renacentista animó a los ensayistas
a escribir bajo seudónimo o permanecer en el anonimato. No obstante,
los temas que abordaban seguían estando condicionados por sus puntos
de vista personales. El uso del seudónimo a menudo persuadía a los
lectores de tener algo en común con el autor. Así por ejemplo, no
sólo con el fin de protegerse sino también con la voluntad de establecer
una relación con sus lectores, el escritor satírico irlandés Jonathan
Swift firmó Las cartas del pañero (1724-1725) con el nombre de Un
pañero, y fingió ser un economista en Modesta proposición para impedir
que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres
o para el país (1729). En ambas obras ofrece comentarios sumamente
provocadores sobre las condiciones de vida en Irlanda. Otros autores
contemporáneos de Swift, como Joseph Addison y Richard Steele se
proponían reflejar las observaciones de un ciudadano del mundo sobre
cuestiones políticas y sociales. Charles Lamb, uno de los grandes
maestros ingleses del género, utilizó el seudónimo de El amable
Elia, nombre que tomó prestado de un clérigo. El novelista William
Makepeace Thackeray firmó Los papeles de Yellowplush (1837-1838)
que pretenden ser las observaciones de un ciudadano corriente sobre
cuestiones sociales y literarias con el seudónimo de Michael Angelo
Titmarsh.
Diversos estilos de ensayo
Como quiera el ensayo se presta a la expresión de un amplio espectro
de preocupaciones personales y su estilo no es ni mucho menos fijo.
Ni siquiera se inscribe en los límites de la prosa, como ponen de
manifiesto los poemas de Alexander Pope, Ensayo sobre la crítica
(1711) y Ensayo sobre el hombre (1733). El ensayo es un género flexible
que el autor desarrolla y cultiva a su antojo. Puede ser de carácter
formal, como los Ensayos o consejos civiles y morales (1527-1625)
del filósofo y estadista inglés Francis Bacon; o distendido y coloquial,
como Sobre el placer de la caza, del crítico inglés William Hazlitt.
También puede ser lírico, como Los bosques de Maine, de Henry Thoreau.
En ocasiones puede adoptar la forma epistolar, como se pone de manifiesto
en las obras del escritor británico Oliver Goldsmith (Ciudadano
del mundo, 1762). Entre los más atrevidos experimentadores del siglo
XX destaca el escritor estadounidense Norman Mailer, creador de
un estilo que combina la biogra fía, el documental, la historia,
el periodismo y la ficción en obras como Ejércitos de la noche (1968),
donde reflexiona sobre las protestas que levantó la Guerra del Vietnam.
La tradición europea
El ensayo se ha cultivado desde los tiempos de Montaigne en numerosas
lenguas. La tradición francesa vive un extraordinario momento con
las meditaciones de corte político y social de autores existencialistas
como Albert Camus (Resistencia, rebelión y muerte, 1945) y Simone
de Beauvoir (El segundo sexo, 1949). El novelista alemán Thomas
Mann, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, fue uno de
los ensayistas más prolíficos de su país, como se pone de manifiesto
en su voluminosa colección titulada Ensayos de tres décadas (1947).
El escritor alemán de origen búlgaro Elias Canetti consagró veinte
años de su vida a la monumental investigación Masa y poder, cuyo
primer volumen vio la luz en 1960. En Italia cabe mencionar a Cesare
Pavese (Diálogos con Leucò; La literatura norteamericana y otros
ensayos), Italo Calvino (Punto y aparte; Colección de arena) y Leonardo
Sciascia (Fiestas religiosas en Sicilia; La cuerda de los locos;
Crucigrama), que realizaron importantes aportaci ones al debate
literario y político de la posguerra europea. El ensayo ha gozado
de gran popularidad en Polonia con las obras del poeta Zbigniew
Herbert y el crítico Jan Kott. Entre los más destacados ensayistas
rusos destacan Ivan Turguéniev (Apuntes de un deportista, 1852)
y Alexandr Solzhenitsin, que continuó la tradición un siglo más
tarde ofreciendo un retrato realista de las injusticias sociales.
Al igual que Mailer, Solzhenitsin combinó la ficción con el reportaje
y sus ensayos alcanzaron proporciones gigantescas en obras como
Archipiélago Gulag (1974-1978).
El ensayo en la literatura española
Al margen de la figura de fray Antonio de Guevara, considerado un
importante precedente del ensayismo español, los autores más destacados
aparecen en el siglo XVIII, impulsados por la fuerte corriente europea.
Feijoo (Cartas eruditas y curiosas, 1742-1760) realizó una importante
labor divulgadora del pensamiento europeo que contribuyó a elevar
el nivel cultural de la época. Las dos grandes figuras del ensayismo
dieciochesco son Cadalso y Jovellanos. Cadalso analiza en sus Cartas
marruecas (1789) las causas de la decadencia española, mientras
que Jovellanos dedicó su vida y su obra a ofrecer soluciones prácticas
para los problemas del momento. Algunas de sus obras más notables
son Informe en el expediente de la ley agraria (1795) y Elogio de
las Bellas Artes (1782).
Durante el siglo XIX el ensayo continúa cultivándose con vigor y
se consolida en su forma actual con la generación del 98. Larra
publicó numerosos artículos en periódicos y revistas de la época,
posteriormente recopilados en Colección de artículos dramáticos,
literarios, políticos y de costumbres (1835-1837, 5 volúmenes) y
Ángel Ganivet (Idearium español) es el antecedente más inmediato
de la generación del 98. Le siguen Unamuno (En torno al casticismo;
La vida es sueño) y Azorín (Los pueblos; Castilla). La erudición
queda representada en la obra de Menéndez Pidal, autor de reconocido
prestigio en Europa. Los principales exponentes de la corriente
ensayística anterior a la guerra son Ortega y Gasset (España invertebrada;
La rebelión de las masas), Eugenio d'Ors (Glosario) y Gregorio Marañón
(Enrique IV de Castilla; Don Juan).
En América Latina, la influencia de la ilustración y las revoluciones
del siglo XVIII, propiciaron la aparición de numerosos trabajos.
La Carta a los españoles americanos, del jesuita peruano exiliado
Juan Pablo Viscardo, es uno de los primeros de una larga lista de
autores:
Francisco de Miranda, Andrés Bello, fray Servando Teresa de Mier,
Manuel Palacio Fajardo y Vicente Rocafuerte, que escribieron a principios
del siglo XIX. Posteriormente se pueden citar muchos ensayistas
más. Los argentinos Esteban Echevarría, Juan Bautista Alberdi y
Domingo Faustino Sarmiento; los chilenos Francisco Bilbao, Benjamín
Vicuña y Manuel Recabarren; el uruguayo José Enrique Rodó; el cubano
José Martí, y más recientemente, en México, Justo Sierra, Alfonso
Reyes, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Octavio Paz y Edmundo O'Gosman,
entre otros muchos."(4
Lic.
Flavia Lorena Vecellio Reane.
Analista en Medios de Comunicación.
Docente. Periodista.
Notas: (1 de Rossetti, Mabel V. M. Castellano Actual 3 Lenguaje
y Comunicación. Kapelusz. Buenos Aires, 1974. Pág. 40.
(2 "Ensayo", Enciclopedia Microsoft(r) Encarta(r) 99. (c) 1993-1998
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
(3 Díaz- Plaja, Guillermo. Los Métodos Literarios Los géneros literarios,
su técnica - su historia. Pág. 564, 565, 566.
(4 "Ensayo", Enciclopedia Microsoft(r) Encarta(r) 99. (c) 1993-1998
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
Bibliografía: Enciclopedia Microsoft(r) Encarta(r) 99. (c) 1993-1998
Microsoft Corporation. de Rossetti, Mabel V. M. Castellano Actual
3 Lenguaje y Comunicación. Editorial Kapelusz. Buenos Aires, 1974.
Díaz- Plaja, Guillermo. Los Métodos Literarios Los Géneros Literarios,
su técnica - su historia. Ed. Ciordia. Buenos Aires, 1981.
( de Rossetti, Mabel V. M. Castellano Actual 3 Lenguaje y Comunicación.
Kapelusz. Buenos Aires, 1974. Pág. 40. 1 ( "Ensayo", Enciclopedia
Microsoft(r) Encarta(r) 99. (c) 1993-1998 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos. 2 ( Díaz- Plaja, Guillermo. Los Métodos
Literarios Los géneros literarios, su técnica - su historia. Pág.
564, 565, 566. 3 ( "Ensayo", Enciclopedia Microsoft(r) Encarta(r)
99. (c) 1993-1998 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
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