Su verdadero nombre es Allen Stewart Konigsberg, y nació el 1° de diciembre de 1935, en Brooklyn,
Estados Unidos.
Este hecho hace que él crezca mirando a la gran ciudad, la "Gran Manzana" neoyorkina, como a una
meta a alcanzar. Él está enamorado de New York, y eso se verá en todo su cine.
Podemos reconocerlo como a Woody Allen recién a partir de 1952.
Allen conforma un personaje de su persona, fácil de reconocer desde la estética del mismo (lentes,
vestido, formas de expresarse), que se van a ir repitiendo en cada una de sus participaciones.
Woody es, entonces, un personaje, al mismo modo que lo fue Charles Chaplin o Búster Keaton.
En el primer período de su obra en cine se nota claramente la influencia de la comedia de golpes y
porrazos, llamada slapstick. También es muy notoria su admiración por Groucho Marx.
Puede decirse que Allen es el resultado de su admiración por Chaplin y Keaton (a los que la
crítica siempre enfrentó, como en un clásico Boca / River, cuando en realidad no había un encono
personal entre ambos creadores), por Groucho Marx y por Bergman.
Su ópera prima es "Robó, huyó y lo atraparon". En ella, puede verse esta influencia de comedia. Y
fue "Annie Hall" su última película humorística. Por ésta Diane Keaton recibió un Oscar.
Sin embargo, ya en "Annie Hall" puede encuadrarse al cine de Allen dentro del cine intelectual,
porque en esta película ya el psicoanálisis es una presencia definitiva. Además, "Annie Hall" tiene
una escena que es casi de culto para los estudiosos de la Comunicación. La aparición de Marshall
McLuhan, saliendo de detrás de un cartel, sólo para corroborar los dichos de Allen, es
sencillamente desopilante.
Ya en su obra "Interiores" notamos la influencia de Bergman, y en "Recuerdos", se percibe la
impronta de Federico Fellini.
La aparición de Mía Farrow se produce, en las obras de Allen, en la película "Comedia sexual de
una noche de verano", pero la consagración de Farrow como nueva musa de Woody se dará con "La rosa
púrpura del Cairo".
El éxito más grande de taquilla de Allen lo trajo el film "Hannah y sus hermanas", y es a partir
de los años '80 cuando la familia comienza a tener presencia en su cine. Hasta ese entonces, todo
en las películas de Woody giraba en torno a la problemática de la pareja (esto recibe el nombre de
screwball: comedia dramática de parejas).
Llega "Alice", película en la que Allen homenajea a su esposa y actriz estrella, Mía Farrow. Pero,
las cosas no podían terminar tan bien... El último film que Farrow protagonizó, bajo la dirección
de Allen fue "Maridos y esposas", y luego de la crisis se disparó. Las tapas de revistas se
encargaron de publicar el escándalo de la nueva relación amorosa de Woody: su hija adoptiva, de origen
oriental.
La crítica de entonces comenzó a buscar en sus obras algunos indicios que predijeran esa
preferencia de Allen por las mujeres mucho más jóvenes que él, pero no repararon en la película en la que
él mismo hacía pareja con una de las hermanas Hemingway, casi una niña en ese film.
Terminada dramáticamente su relación con Farrow, vuelve a sus películas su anterior musa y pareja:
"Un misterioso asesinato en Manhattan" marca la vuelta de Diane Keaton.
"Bananas" es una película en la que Woody Allen muestra, con bastante humor, la dictadura cubana,
pero bajo otros nombres. No se habla de Cuba, sino de San Marcos. Sin embargo, el dictador barbudo
caribeño no deja lugar a dudas de que se está haciendo una caricatura de Fidel Castro.
Recomendable.
En "Match Point", Allen sorprende con una concepción diferente del rol de asesino, que no presenta
las mismas características que en "Crímenes y pecados".
En esta última, Woody nos presenta un asesino que mata para preservar su estatus y a su familia.
La culpa desaparece en el asesino, porque este racionaliza sus acciones, y prosigue con su vida,
sin ningún tipo de persecución de conciencia.
En cambio, "Match Point" nos pone en pantalla a un asesino joven, que mata para empezar a
construir su vida. Pero, al comenzar de tan mal modo la construcción de su éxito, siempre tendrá en la
conciencia lo que hizo para labrarse su victoria. Esa culpabilidad siempre lo va a perseguir.
Si bien los filmes de Allen pueden ser juzgados como demasiado autorreferenciales, si su humor
respecto a la religión a muchos no les cae bien, no se puede negar que ha marcado una diferencia. Sus
películas se distinguen de las demás. Es el creador de un estilo. Y ya por eso, es digno de
atención.
Bibliografía de consulta:
Aixalá Pep. Todo sobre Woody Allen. Océano Ediciones. Barcelona, 2001.
Brode, Douglas. Las películas de Woody Allen. Odín Ediciones. Barcelona, 1993.
Frodon, Jean- Michel. Conversaciones con Woody Allen. Ediciones Paidós. Barcelona, 2002.
Grigus, Sam B. El cine de Woody Allen. Ediciones Akal. Madrid, 2005.
Santos, Elena. Woody Allen Manhattan. Ediciones Paidós. Barcelona, 2003.
Schickel, Richard. Woody Allen por sí mismo. Ediciones Robinbook. Barcelona, 2005.
Varios. Dossier Woody Allen. Revista Leer Cine. Buenos Aires, 2006.
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