El martes 23 de octubre, en el marco de la serie de Homenajes a la Trayectoria
que viene realizando el Instituto Superior de Publicidad, la Asociación Argentina
de Agencias de Publicidad tuvo el placer de recibir a una de las señoras de la
radiodifusión nacional: Nora Perlé.
En una charla que se realizó dentro de la materia Publicidad Radial, y abierta
a asignaturas afines, la reconocida locutora pudo obsequiarnos con su simpatía,
su sencillez y su amplio conocimiento del mundo mágico de la radio.
Nora Perlé tiene 46 años de ejercicio de su profesión, tanto en radio, como en
televisión. Como una verdadera estrella, no tuvo ningún inconveniente en confesar
su edad y en contarnos experiencias de su trabajo.
Sobre todo preocupada por acortar distancias con los jóvenes asistentes, enfatizó
la importancia de dejar atrás los prejuicios que la supuesta barrera de la edad
y las épocas podrían marcar entre los profesionales. Es que Nora, que tantas veces
erotizó con su voz a través del aire a los que pueden ser los padres y tíos mayores
de los alumnos presentes, es una convencida de que tanto unos como otros podemos
aprender cosas nuevas de las distintas generaciones.
Perlé puntualizó que el equipo de producción de sus actuales programas de radio
está integrado por jóvenes que no superan los 23 años, señalando, eso sí, que
su programa nocturno, "Canciones son Amores" emitido por Radio Mitre, apunta a
un target de 45 años en adelante. "Pero tener un equipo de jóvenes me permite
saber qué cosas puedo cambiar, para ir incorporando nuevas visiones sobre lo que
hago".
Nora fue la voz de incontables publicidades, tanto radiales como televisivas.
Fue narradora en un ciclo de radioteatro dirigido por Alberto Migré, y también
tuvo sus programas de televisión abierta y por cable. Pero la radio es su mundo.
Lo que no es de extrañarse, cuando, con un café de por medio, dice sinceramente:
"Yo soy muy tímida, me asustan los auditorios".
"Mi programa lo hago, en principio, para mí", dijo, provocando sonrisas en los
presentes. Y esa frase que parece inocente, divertida, y hasta infantil, encierra
otra que también le escuchamos: "Diviértanse trabajando, hagan lo que les gusta...
Pero eso sí, no se propongan para tareas que no sepan hacer". Y esta nueva aseveración,
de infantil no tiene nada.
"Nunca me tomé en broma mi trabajo, el escuchador merece todo mi respeto", nos
comentó. Y ante el impacto de las nuevas tecnologías, para ella "son una herramienta,
me sirve muchísimo la red para buscar más información para mi programa. Porque
la radio es sólo voz y contenido, y uno puede tener muy linda voz, pero si no
tiene nada que decir, muy pronto eso se nota".
"Contesto correos de oyentes, y muchas veces, si me dejan su número, los llamo
por teléfono", también nos dijo, reforzando la idea de que la radio es el medio
de masas que, como ningún otro hasta ahora, puede acortar distancias entre realizadores
y público.
Ante la pregunta de cómo se relaciona ella ante un texto, por ejemplo, un guión
publicitario para radio, dijo que: "un texto bien realizado hace que el locutor
sólo pueda entregarse a él, e interpretarlo. Eso es muy lindo de hacer. Pero a
veces he tenido que decir cosas que no me gustaban de modo que me gustaba aún
menos, y en esos casos, uno no reconoce su voz, su estilo. Porque en radio hay
que hablar naturalmente, no como en los inicios de nuestra radio, en la que las
voces de los locutores era tan artificial que nadie creía lo que decían".
También Nora reconoció que la tarea en radio para una mujer es más difícil: "Nos
pagan menos, y siempre, siempre, una mujer está rindiendo examen". Aunque también
se encargó de aclarar que no es feminista. Sólo nos presentó una realidad laboral.
En el marco del homenaje, Nora, la voz característica de los programas "Canciones
son amores" y "El Placer no ocupa lugar", recibió de parte de Flavia Vecellio
Reane los libros "Otra grieta en la Pared", de Fernando Ruíz, "Las Damas de Blanco",
de Erika Lüters Gamboa y "Escrito sin Permiso", de Manuel Vázquez Portal.
La señora Perlé comentó estar al tanto de la realidad cubana, y se mostró muy
interesada por ella, agradeciendo el material que se le ofreció.
Su mensaje final fue que siempre trabajemos en la conciliación, aceptando al otro,
respetándolo. Si no hay conciliación "eso es la guerra, pero no metafórica, real.
Las grandes guerras comienzan por la falta de voluntad de conciliación. Si concilian,
yo les aseguro, que van a vivir, tanto en la profesión como en la vida, muchísimo
mejor".
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