EL PROBLEMA DE LA ENSEÑANZA EN COMUNICACIÓN  
Introducción. La nueva ley de educación trajo a las aulas contenidos que antes se brindaban dentro de las mismas de manera asistemática. Hoy la Comunicación Social, el Periodismo y la Publicidad están presentes de modo curricular dentro de la enseñanza correspondiente al nivel Polimodal... Los tres últimos años de la tradicional escuela secundaria.
La docencia en Comunicación en las escuelas medias muchas veces está en manos de profesores que vienen de otras disciplinas. La mayoría de ellos vienen de la Lengua y la Literatura y, muy rara vez, los docentes provienen del ámbito de la Filosofía y de la Sociología.
Como resultado, la enseñanza en Comunicación deja de ser capacitadora en los que debería para convertirse en un espacio que oscila entre la crítica demonizadora de los Medios de Comunicación y el debate teórico sobre los mismos.
Este hecho hace que los alumnos pierdan una oportunidad para potenciar su creatividad, su propia lectura crítica de los medios y programas que ellos decidan consumir y que la enseñanza en Comunicación se convierta en una mera sumatoria de teorías que muy difícilmente los estudiantes puedan aplicar en su vida cotidiana.

¿En manos de quién está la docencia en Comunicación? Antes de responder esa pregunta hay que cuestionarse cómo están diseñados los planes de estudios que se relacionan con la Comunicación Social en colegios secundarios.
En la actualidad nuestro país ofrece a padres y alumnos la formación secundaria conocida como "Bachillerato con capacitación laboral en Periodismo".
Como su nombre lo indica, tanto padres como alumnos pueden con todo derecho esperar que los estudiantes egresen del establecimiento con una formación que les permita trabajar en los medios de comunicación o en tareas relacionadas con el periodismo en otros ámbitos. Sin embargo el problema se vislumbra desde la simple observación de los planes de estudio.
Se ha descubierto que, primeramente, los alumnos deben tener formación en Comunicación General. Sólo después de que dichos contenidos sean asimilados por los estudiantes estos estarán capacitados para absorber y comprender las tareas propias de la labor periodística.
El problema con el que se han encontrado es que a los alumnos se les enseña a redactar noticias, crónicas y titulares cuando no tienen todavía noción del peso que esos textos pueden tener en la sociedad, porque no se les ha enseñado cuál es el rol del periodismo dentro del universo de las comunicaciones de masas, ni se los ha capacitado para realizar lecturas críticas de los diarios, revistas y de programas radiales o televisivos.
Muchas veces los contenidos de Comunicación vienen después, en los últimos años de formación, pero sin la conveniente unión en la práctica y realización de trabajos de aplicación, por el simple hecho de que estos se han realizado antes. De esta manera los contenidos teóricos pasan a convertirse en los consabidos "compartimento estancos", que tan temidos son dentro de la educación toda.
Ahora sí, cabe preguntarse por qué ocurre esto. La respuesta es simple. La mayoría de las veces los planes curriculares de contenidos de Comunicación, Periodismo y Publicidad quedan en manos de profesionales de otras áreas, acostumbrados a la crítica de los mismos desde ámbitos de estudio que no son los adecuados. Es así como la Comunicación en general es abordada de manera que pierde su razón de ser en las aulas.
La Enseñanza de Periodismo como forma de aprendizaje de redacción. Materias de colegios secundarios como "Lenguaje Periodístico y Publicitario", "Taller de Periodismo", "Taller de Radio" o "Técnicas periodísticas" en un alto número de veces están a cargo de docentes de lengua y literatura.
El primer inconveniente que este hecho presenta es que la materia asume como objetivo principal el mejoramiento de la calidad de redacción de los alumnos. ¿Por qué inconveniente? Porque se supone que para cumplir con ese objetivo el alumno cuenta con otras materias específicas como, precisamente, Lengua y Literatura.
¿Qué sentido tiene que el alumno vea en dos materias al mismo tiempo cuáles son las normas para una mejor redacción? Ninguna. Lo que sí sería beneficioso para él es que los Departamentos de Lengua y de Comunicación trabajaran de manera conjunta, retroalimentándose y generando en el estudiante el hábito de relacionar contenidos.
Claro que el inconveniente es comprensible. ¿Cómo vamos a pretender que un docente de Lengua conozca cuáles son las particularidades de la labor periodística o publicitaria? Del mismo modo, no podemos pedirle a un periodista o un publicitario que conozca las reglas de la redacción de poemas o novelas.
Otra de las contrariedades que la labor de docencia en periodismo por parte de profesionales de la lengua y la literatura trae aparejada, es el desconocimiento sobre las teorías de la comunicación de masas, o comunicación social. Existen, sí, libros que se han editado para salvar ese problema. Pero lo irónico del caso es que la mayoría de ellos están redactados por docentes de Lengua y Literatura que se especializaron en el tema de la comunicación de masas.
Por el contrario, los libros producidos por comunicadores que se especializaron en el tema educación en comunicación son consultados en su mayoría por otros comunicólogos. Es que estos textos son considerados muy elevados para los estudiantes secundarios, y por ello son dejados de lado por los docentes de comunicación para el nivel medio.
Pero no concluyen aquí las contrariedades... Sabemos que la lectura de los diarios está en franca caída. Cada vez menos personas adultas leen el diario. Por supuesto esto está incrementado en el público adolescente, en los que pueblan las aulas del colegio secundario. Los jóvenes leen cada vez menos libros. Ni que hablar de que lean el diario... ¿Para qué? Si se pueden informar mediante la radio o, mayoritariamente, a través de la televisión.
Sin embargo esta realidad parece ser ignorada por los docentes de comunicación provenientes del ámbito de la Lengua y la Literatura.
Es común observar en los programas y planificaciones escolares una focalización constante en la tarea, por parte de los alumnos, de la lectura y análisis de los diarios. No está mal que esto se haga dentro de las aulas. El error está en proponerse que los chicos asuman que el diario es la mejor fuente de información, en contraposición a la radio o la TV, como una imposición de la cátedra.
¿Por qué decimos que es un error? Porque no es "a la fuerza" que se logran los cambios de hábitos. Eso se logra mediante una labor prolongada en el tiempo y por métodos mucho más sutiles. Además: nada hay más contraproducente para un adolescente que el hecho de que se le vaya en contra de sus hábitos cotidianos. Esto genera rechazo y total falta de atención... Justamente lo que el docente debe evitar.
Pero el docente que proviene del ámbito de la Lengua y la Literatura no posee los conocimientos para que pueda aprovechar la motivación de sus alumnos con respecto a los medios de comunicación. ¿Qué motivación es ésta? El placer de mirar televisión.
Es que no sólo carecen de los conocimientos para capacitar a los alumnos en la lectura crítica de la TV (análisis del discurso televisivo, técnicas de manipulación de la información en TV, descubrimiento de material informativo y de propaganda dentro de formatos de entretenimiento gracias al análisis de contenido), sino que el docente debe luchar contra un tabú generalizado respecto a los medios audiovisuales, en especial la Televisión.
"Mirar tele" está mal visto. "Para estar informado hay que leer el diario", se oye decir a más de uno. Más de uno que desconoce que los diarios están copiando cada vez más la forma de informar de la TV. Entonces se insiste en que los chicos lean el diario y analicen los escritos (la mayoría de las veces es un análisis estilístico, gramatical y no de fondo), que aprendan a redactar de ese modo, "como periodistas", y no que sepan cómo la información puede venir viciada por otros intereses (económicos o políticos).
Como resultado, los chicos copian formatos, leen sin ganas sólo para la clase, pero no incorporan el hábito de la lectura del diario. Al contrario: siguen mirando televisión, sin estar capacitados para el análisis de ese medio.
Grave error si de motivación estamos hablando, y también una falta si lo que se pretende es un cambio de comportamiento.
Si el docente no se empecinara en mantener al aula como un microclima aislado de la realidad cotidiana del alumno, si no insistiera en mantener a los Medios de Comunicación como una escuela paralela, le sería mucho más fácil provocar el esperado cambio de hábito respecto al consumo de los medios de comunicación por parte del adolescente.
Suponiendo que los profesores estuvieran capacitados para ello podrían iniciar el cambio mediante el camino inverso...
Partiendo de la motivación del estudiante, es decir, tomando como punto de inicio el programa que él prefiera mirar en TV, se le brindan las armas para que realice una lectura crítica y responsable del mismo.
Una vez que sólo haya llegado a sacar conclusiones se le hace cotejar la información obtenida a través de la TV con la que puedan ofrecerle los medios gráficos. Así, sólo pero acompañado por el docente, concluirá en lo beneficiosa que es la lectura del diario para la mejor información de cada uno. Sentirá el placer del propio descubrimiento y no lo vivirá como una verdad impuesta y, por ende, carente de contenido.
Lamentablemente...
"Los programas de estudio de educación para los medios se caracterizan a escala mundial y, en líneas generales, por enfoques que provienen del contexto social, político económico y pedagógico de la década pasada o de comienzos de los 90.
Hasta ahora, los programas de esta disciplina han estado centralizados en estudiar cada medio en función de las representaciones que realiza, de la tecnología que se pone en juego, del lenguaje que utiliza, de los productores de esos medios, de la audiencia, de los textos que produce. De alguna manera, muchas de nuestras formas y metodologías de trabajo de educación para los medios, son heredadas de las políticas de fines de los años 80 y comienzos de los 90. Los programas de estudio que sigan respondiendo a los planteamientos contextuales de los últimos años, difícilmente constituyan la respuesta pedagógica adecuada para el contexto audiovisual de los futuros adultos de este fin de milenio". 1

Para evitar esta lejanía entre lo aprendido en las aulas y la realidad del alumno respecto a los Medios de Comunicación subrayamos la necesidad de que las materias del área de Comunicación estén a cargo de personal idóneo o, en su defecto, que los responsables de las asignaturas cumplan con la tarea de capacitarse para tal fin.

La demonización de los Medios de Comunicación. Esta es otra de las constantes que podemos encontrarnos dentro las clases de comunicación de los colegios secundarios.
Además del error de pretender que el alumno "escriba como un periodista" cuando no se le dan los conocimientos básicos en comunicación social (cuando, en la mayoría de los casos, dicho sea de paso, el alumno eligió la especialidad en Comunicación por descarte y no porque vaya a dedicarse a ello en su vida profesional), podemos presenciar un sinnúmero de clases magistrales en las que los docentes demonizan la labor de los medios.
¿Qué es la demonización de los Medios? Es esa costumbre de creer que la TV muestra contenidos perjudiciales para los menores y que, por lo tanto, los chicos deben "alejarse de la satánica televisión" y en su lugar leer sana literatura.
Demás está decir que los alumnos escucharán el discurso día tras día, y seguirán mirando televisión. Otra vez estamos ante la necesidad de que, en lugar de que la escuela "se peleé" con los medios, los docentes capaciten a los estudiantes para una correcta y responsable exposición a la televisión.

"La primera tendencia en educación en medios que voy a bosquejar es la del profesor como protector. Algunos educadores en medios han visto su rol como el de un guardián del sujeto inocente y vulnerables. Esto significa que han considerado los medios masivos, periódicos, cómics, cine, televisión y radio, como corruptores de las inocentes mentes de los niños. Una forma más virulenta de esta tendencia conlleva un juicio explícito de que los medios y el pecado están íntimamente ligados, y que la gente joven que está cercana a los medios está cerca del pecado. Aunque otra vertiente de este pensamiento ha sugerido que el medio induce al joven inocente o al inconsciente, a copiar lo que dicen los medios y lo que ellos representan. Esta tendencia está siempre involucrada con la investigación de los "efectos" de los medios y la mayor parte de esos efectos son considerados negativos. La consecuencia final de este enfoque ha sido desarrollar una pedagogía de protección, que e n sus formas más comprometidas se convierte en una pedagogía policial. Puede ser efectiva en ciertas ocasiones. Nunca es educativa.
Una segunda línea de pensamiento en relación con la educación en medios ha sido la que sugiere que los medios "crean" audiencias en formas muy particulares. La audiencia o mejor, el miembro individual de una audiencia, es visto como una víctima relativamente impotente frente a los medios". 2

Los que venimos del ámbito del estudio de la Comunicación Social sabemos a qué teoría responde esta postura: Bala Mágica o Aguja Hipodérmica... Y también sabemos que dicha teoría está ampliamente superada por las que se conocen como "Teorías de la Influencia Selectiva" y la de los "Efectos acumulativos o a largo plazo". Y es esta última la que nos alertó sobre lo nocivo de consumir contenidos mediáticos sin una preparación previa para esa tarea.
Para que los alumnos o estudiantes, adolescentes que consumirán Cine y TV por más que les digamos que los contenidos que les acercan son nocivos, no realicen una lectura irresponsable y desprevenida de los mismos, la escuela no debe "prohibirles" esa actividad (que seguirán realizando), sino que debe enseñarles a descubrir los mecanismos que estos medios tienen para minar las mentes con contenidos que no siempre son los ideales para personas de esa edad. Lamentablemente las escuela tiende a creer que el alumno no está capacitado para realizar esa tarea crítica, a pesar de que la "lectura crítica de los medios" figure profusamente en los objetivos actitudinales de casi todas las planificaciones del área de comunicación. Los docentes creen que la lectura crítica de los medio es decirles a sus alumnos lo que los medios tienen de nocivos, sin dar la posibilidad a la racionalización personal.
Sin embargo es muy grande la sorpresa que el docente puede llevarse si le suministrara a sus alumnos las herramientas para que elaboren análisis de los programas que ellos miran habitualmente: los juicios de valor que el adolescente puede efectuar sobre sus programas favoritos muchas veces son "aplastantes", durísimos y muy enriquecedores... Y lo mejor de todo: se divierten haciéndolos.

El "buen periodista" y la "malvada publicidad". Una sorpresa con la que el comunicador social que se dedica a la educación en comunicación suele encontrarse en el aula es que, ante la pregunta: "¿Qué diferencia hay entre una noticia y un cuento?", los alumnos estén acostumbrados a responder... "Que la noticia dice la verdad".
Cierto es que el periodismo informa sobre hechos de la realidad, pero sabemos que la forma de presentación de la información puede variar el significado de la misma y, por ende, tergiversarla. Pero, otra vez, muy pocas veces los docentes encargados de enseñar periodismo y comunicación en el nivel medio se ocupan de enseñarle esto a los chicos. En su lugar se esmeran en que aprendan a escribir como periodistas.
Por otro lado, cuando se le pregunta a los alumnos por la función de la publicidad dentro de una sociedad aparece en el tapete el tema de "la mujer objeto", "la publicidad subliminal", la manipulación del consumidor por parte de los publicitarios.
Como conclusión podemos decir que en las aulas secundarias hay una fuerte tendencia a asociar al periodismo con la Verdad y a la publicidad con la Mentira. Tendencia por demás peligrosa. Es que, paradójicamente, sabemos que ante la publicidad el público ya está "preavisado" de que lo que ella busca es persuadirlo de algo, por lo tanto estará con su "muro de atención selectiva" levantado. Y los adolescentes están capacitados para ello, por ser asiduos consumidores de la TV. En cambio, el periodismo cuenta con la ventaja de que el público lo que espera de él es información, y que muchas veces no está adiestrado para reconocer las formas de la mentira que se pueden colar en sus líneas, o de discriminar lo que es opinión, o publicidad encubierta.
Ante esta realidad, la tarea del educador en comunicación se puede resumir en las palabras de Roberto Aparici:

"... tenemos que formar a los jóvenes de cara a que hay otra manera de tratar la información. Uno de nuestros trabajos es demitificar de alguna manera el medio, a los grandes presentadores que se articulan como grandes autoritarios de la comunicación cuando, aparentemente, son democráticos. No intentamos formar jóvenes para que escojan entre tal o cual, porque sería la Teoría de los Dos Demonios, sino dar los instrumentos para diferenciar qué es información, qué es entretenimiento, cuándo una información es veraz, cuándo es pura opinión y cuándo esa opinión proviene de otras fuentes que pueden ser gubernamentales, políticas, económicas, sociales". 3

Mas esta tarea no es fácil si el que la sume no conoce esa realidad.

¿Cuál es el objetivo de educar en Comunicación? Cuando nos referimos a la educación en comunicación dentro del nivel secundario o polimodal, creemos que el objetivo principal del área es el de brindar a los estudiantes todas las herramientas que le permitan consumir, a lo largo de toda su vida, los medios de modo tal que estos no puedan ejercer una influencia oculta en los espectadores.
Sin embargo, muchos educadores ponen toda su energía en lograr que el alumno sepa escribir como lo hacen en los medios, que lea el diario cuando no es la costumbre del alumno, o que deje de mirar tanta televisión.
Está bien que el alumno conozca el estilo de la redacción periodística, está bien que se trate de potenciar la lectura del diario... Pero un docente siempre debe tener en cuenta los intereses de sus alumnos, por tanto, si se sabe que un alto porcentaje de los alumnos que pueblan las aulas de las especialidades en Arte, Diseño y Comunicación no seguirán la carrera de Periodismo o Publicidad, creemos que lo más importante que se le puede dar al estudiante son las armas para analizar a los medios de comunicación.
Como vimos, muchas veces los encargados de esta tarea no poseen los conocimientos para esta función social. Por ello es que proclamamos la necesidad de la capacitación docente en Teoría de la Comunicación Social, en Publicidad o Periodismo.
Lamentablemente, como los medios son consumidos por todos, todos creen que son eruditos en la materia, y por consiguiente, que pueden enseñar sobre el tema. Para revertir esta situación, los docentes profesionales de la Comunicación deben empeñarse en que los conocimientos de las Ciencias de la Comunicación sean tratados con el respeto científico que ellos merecen. Porque la vocación de enseñanza en Comunicación en el nivel medio responde a un objetivo de bien social y no de capacitación para el desempeño profesional.

"De lo que tratamos es de formar ciudadanos con responsabilidad civil, que exijan cierto tipo de límites. En estos momentos, sobre todo en el campo audiovisual, hay un estado de desprotección en la ciudadanía".4

Es que los medios de comunicación audiovisuales, justamente los que los adolescentes más consumen, son engañosos, porque...

"Uno de los tópicos más utilizados al hablar de la televisión es el que la considera una ventana abierta a la realidad. La expresión conecta con la pretendida objetividad de la información televisiva. Las letras son signos; las imágenes, en cambio, son realidades. Mientras el lector de un diario periódico es consciente de que aquél texto es un discurso, de que hay un mediador que lo ha elaborado seleccionando y organizando los signos, y de que, en consecuencia, está leyendo opinión, el que contempla una imagen o las noticias de un informativo está convencido de que misteriosamente se le ha abierto una ventana a la realidad, que aparece ante sus ojos de una manera nítida y transparente. Aparentemente en la imagen televisiva no hay mediación ni discurso, porque no hay signos sino realidades. Esta ilusión de verosimilitud incrementa, pues, la impresión de que la televisión es una tecnología neutra, transparente, que se limita a reproducir la realidad tal como es". (Fe rrés, 1994: 63).

Por lo tanto, para educar en la lectura de los medios audiovisuales hay que conocer las técnicas de edición y montaje propias del Cine y la TV. Cosas que un docente de Lengua muy probablemente desconozca.

Conclusión. Cuando hablamos de docencia no podemos dejar de lado la noción de vocación... "La vocación es inherente a la persona. No es elegida, sino que está presente en la profundidad del ser. El hombre puede optar por desarrollarla u olvidarla. Pero es algo que permanece". Un docente siente ese "llamado" a dar conocimiento, a brindar elementos que mediante el saber den libertad a los alumnos. Que los hagan libres hasta del pensamiento del profesor, que los conviertan en seres independientes y responsables de sus actos.
Ahora, cuando el docente desconoce los contenidos a enseñar, difícilmente pueda desarrollar su labor.
Se dice que la vocación del periodista está muy relacionada con la del educador. De hecho un periodista pone toda su energía por dar a conocer a la ciudadanía verdades que ella necesita para su crecimiento social.
Por tanto, un periodista que haya elegido la docencia en comunicación deberá, para satisfacer su vocación, desempeñarse tanto en educador de sus alumnos como en capacitador de profesionales de otras áreas que se vinculen con la docencia en comunicación.
Lic. Flavia Lorena Vecellio Reane.
Analista en Medios de Comunicación.
Docente. Periodista.

Notas: 1 Ficha de ponencia realizada por Roberto Aparici en el "Primer Festival de Medios de Comunicación Audiovisual en el ámbito escolar". Colegio Nacional de Buenos Aires, Diciembre de 1997.
2 Ferguson, Robert, en Diálogos de la Comunicación.
3 Aparici, Roberto, en Página 12. Octubre 1º, 1997. Pág. 12.
4 Ibídem.

Bibliografía. Antraygues de Doublier, Noemí. Lombardi, Graciela. Onetto, Fernando. Una transformación posible: el perfeccionamiento docente. Ed. Norma. Colombia. 1992.
Aparici, Roberto. Educación para los medios. Cuadernillo de la ponencia del "Primer Festival de Medio de Comunicación en el ámbito escolar", Colegio Nacional de Buenos Aires, 1997.
Aparici, Roberto. "Hay que demitificar los medios de comunicación", diario Página 12, 1º de octubre de 1997.
De Fleur, Melvin. Ball- Rokeach, Sandra. Teorías de la comunicación de masas. Paidós. Barcelona, 1993.
Ferguson, Robert. "El interculturalismo global y los dilemas del universalismo: Educando en medios después del 2000". Revista Diálogos de la Comunicación.
Ferrés, Joan. Televisión y educación. Paidós. Barcelona, 1994.
Porcher, Louis. La escuela paralela. Kapelusz. Buenos Aires, 1976
1 Ficha de ponencia realizada por Roberto Aparici en el "Primer Festival de Medios de Comunicación Audiovisual en el ámbito escolar". Colegio Nacional de Buenos Aires, Diciembre de 1997.
2 Ferguson, Robert, en Diálogos de la Comunicación. 3 Aparici, Roberto, en Página 12.Octubre 1º, 1997. Pág. 12. 4 Ibídem.
 
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