| EDUCACIÓN
Y VIOLENCIA EN LA ARGENTINA DE HOY |
Convendría primeramente definir qué entendemos por educación, y qué
es la violencia en sí.
El primero de ambos términos viene del latín educatio, y es la acción
o efecto de dirigir, enseñar, desarrollar las facultades intelectuales
y morales de las personas. Dícese del conocimiento de los usos de
la sociedad.
Por su parte, la palabra violencia significa fuerza intensa e impetuosa,
abuso de esa fuerza. También se le da ese nombre a la coacción que
se ejerce sobre una persona para obtener su testimonio en un acto
jurídico, a la fuerza que se emplea contra el derecho o la Ley.
Una vez salvadas las posibilidades de confusión semántica, nos plantearemos
el problema que nos interesa... La Violencia en la Educación argentina.
El entorno educativo primario: La Familia.
A lo largo de toda la historia de la humanidad advertimos que los
primeros años de la vida del niño son altamente influidos por el grupo
primario de pertenencia, su familia.
Es esa institución familiar la encargada de darle a los infantes las
primeras nociones sobre moral, religión y comportamiento social. Los
padres se erigen dentro del mundo del niño como modelo inmediato de
referencia, ellos son la más alta autoridad en todos los temas, al
menos, desde el punto de vista del pequeño.
Sabemos que las primeras experiencias de la vida de un niño son cruciales
en el desarrollo de su personalidad adulta, que si el infante fue
maltratado podrá crecer con traumas que le impidan hacer uso de todo
su potencial intelectual y emotivo. Por ello es de importancia capital
la capacitación, por así decirlo, de los padres para, precisamente,
el oficio de ser papas.
Lamentablemente los datos estadísticos nos hablan de un alto grado
de maltrato infantil en el seno de la familia. Lo más alarmante del
fenómeno es que un número muy limitado de estos casos son denunciados
y tratados por especialistas.
Lo que provoca el triste hecho no es sólo un factor, sino varios.
A saber:
* Incapacidad física y/o mental de los progenitores.
* Alcoholismo y prostitución.
* Estructura socio- cultural que desvalorice lo afectivo y espiritual
al tiempo que estimule los valores materiales e individuales.
* Carencia de instituciones que apoyen y refuercen el vínculo familiar
y sus valores.
* Afán de lucro desmedido que termina por llevar al enajenamiento.
* Embarazos no deseados.
Y una amplia lista de variables que podemos deducir...
Pero no debemos olvidar que la familia, como tal, no es un ente abstracto
e independiente. Al contrario, es una institución que variará según
dentro de qué sociedad se establezca.
La sociedad como entorno educativo
Sabemos muy bien que cada país tiene sus características culturales,
también que la cultura definirá las conductas sociales de la mayoría.
Cultura y conductas pautarán el desarrollo social de una nación, que
tendrá valores de vida claramente estipulados por la educación familiar,
social, estatal y religiosa del lugar que se trate.
La Ley se encargará de establecer jurídicamente qué es lícito hacer
y qué no. La Justicia pondrá los castigos correspondientes al que
viole la Ley... Y así un pueblo vivirá civilizadamente, correctamente,
educadamente...
Los medios de comunicación se limitarán a informar sobre la verdad
de los hechos que interesen al público, y mantendrán a éste al tanto
de todo lo que puede afectar al orden social que lo contiene.
Todo lo antecedente hace a la educación asistemática de una sociedad.
Lo sistemático estará dado por las instituciones educativas propiamente
dichas.
La Escuela en la Sociedad actual
Como labor fundamental, la Escuela tiene pro función dar los contenidos
establecidos por los planes de estudios que estén en vigencia, y velar
por el aprendizaje correcto de los alumnos que concurran al establecimiento
educativo.
Pero también los docentes deben saber que existen leyes que protegen
a los niños del maltrato.
En primer lugar, la Convención Internacional de los Derechos del Niño,
aprobada en Argentina mediante la Ley Nacional 23.849 y recientemente
incorporada a la Constitución Nacional, ofrece el marco jurídico general
mediante el cual el Estado y la sociedad argentina deben abordar esas
situaciones. En ese sentido, la Convención destaca "el interés superior
del niño" como el bien central a proteger al tomar cualquier medida
que le concierna.
El artículo 19 obliga al Estado a adoptar las medidas necesarias para
proteger al niño contra toda forma de perjuicio que sufra por parte
de sus padres, representantes legales o persona a cargo.
El mismo artículo señala que estas medidas deben comprender el establecimiento
de programas sociales para asistir al niño y también a quienes cuidan
de él, así como para prevenir, identificar, notificar, remitir a instituciones,
tratar y realizar el ulterior seguimiento de los casos.
El ciudadano común tiene el derecho pero no la obligación de denunciar
el abuso o maltrato al menor. En ese sentido, el artículo 155 del
Código Procesal Penal, faculta para hacerlo a cualquier persona que
presencie o tenga noticias del desgraciado acto.
Por el contrario, mediante el artículo 164 del Código Procesal Penal,
la ley impone a los empleados o funcionarios de la administración
el deber de realizar la denuncia.
En esa categoría se halla incluido el personal docente y no docente
de las escuelas públicas, así como también los médicos, enfermeras,
psicólogos y asistentes sociales que trabajen en instituciones estatales,
exceptuando al personal que tome conocimiento del caso amparado en
el secreto profesional. De lo contrario estaría cometiendo delito
de encubrimiento.
¿Cómo puede ayudar la Escuela a detener el maltrato? Realizando actividades
de prevención primaria con los niños y familias, identificando los
casos de maltrato, efectuando intervenciones preliminares en las situaciones
detectadas, a través del gabinete psicopedagógico o de los docentes
sensibles y capacitados para abordar el tema y denunciando los casos
que lleguen a su conocimiento.
Además, la Escuela como institución debe ser capaz de revisar sus
propias actitudes frente al niño. Y aquí entra a jugar un papel muy
importante el que en Pedagogía recibe el nombre de Currículum Oculto.
A diferencia del Expreso (que sería el contenido temático que la institución
ofrece, así como también su ideario o estatuto), el Currículum Oculto
es toda aquella actividad que se realice en la Escuela que forma al
alumno en forma asistemática. Por ejemplo, la relación que el maestro
establezca con el alumnado (¿es personalizada o muy distante? ¿se
lo respeta al alumno como individuo o se lo masifica dentro de un
curso?), la organización que el establecimiento tenga en el plano
burocrático administrativo, nivel de presentismo de los docentes...
En fin, todo lo que contribuya a formar a un ser como persona.
Los Medios de Comunicación como educadores
Los objetivos de la televisión son los siguientes:
* Informar.
* Entretener.
* Educar.
La Ley Nacional de Radiodifusión, número 22,285, sancionada el 15
de septiembre de 1980 (en pleno período del Proceso de Reorganización
Nacional, bajo la presidencia de Jorge Rafael Videla) establece una
serie de normas que los contenidos de los programas deben respetar
al momento de transmitir por los medios de difusión.
Valorar todo aquél símbolo que nos identifique como Nación y velar
por la moral y las buenas costumbres de la familia argentina.
Creemos que es el momento de hacernos un replanteo sobre los valores
que hoy se presentan en la pantalla, en la tinta y en el aire. ¿No?...
Cuestionamientos
¿Podemos exigirle a la Escuela que le brinde a nuestros niños lo que
sus familias no les dieron?
¿Cómo puede la Familia dar a los niños los valores y normas de vida
que ella misma está perdiendo o ya no tiene?
¿Cómo entender a una sociedad que se queja por los bajos sueldos docentes,
pero que en vez de revalorar la actividad intelectual nos propone
un modelo de éxito inmediato con el poder de la imagen? Veáse reality
shows, concursos de modelos, de cantantes, o peleas de los llamados
"Mediáticos", que como diría Guillermo Jaim Etcheverri, son "famosos
que no son ni hacen nada".
¿Creemos que un maestro que tiene problemas para mantenerse a él y
a su familia podrá reparar en los eventuales problemas que los alumnos
puedan tener en sus respectivos hogares?
¿De qué manera se puede incentivar a los niños a estudiar cuando constantemente
ven por la TV que se pueden hacer ricos siendo modelos publicitarios
a los doce años?
Si sabemos que todo apunta a la competencia despiadada, que lo material
es lo primordial en la sociedad actual, que los padres, por necesidades
económicas deben salir a trabajar, y dejan solos a los chicos frente
a la TV... La TV les muestra realidades totalmente diferentes a los
ideales que se les quiere enseñar en la escuela... En la Escuela se
encuentran con docentes (en el mejor de los casos, ya que a veces
no tienen la debida formación pedagógica) neuróticos por la falta
de un merecido salario y del respeto a su rol de educadores, cuando
los líderes de opinión cada vez se acercan más en edad a los alumnos
que a los maestros... Cuando nos quejamos de que la Justicia priva
de la libertad a un ciudadano que no puede pagar sus impuestos porque
su sueldo no se lo permite, mientras que no castiga a seres que toda
la comunidad sabe que son culpables de grandes delitos, tanto de evasión
fiscal como de otras cuestiones... Cuando muchas escuelas y colegios
privados no se deciden a castigar una mala conducta del alumnado por
temor a que los padres de los estudiantes decidan cambiarlos de instituto,
perdiendo de ese modo una cuota más...
Cuando nos horrorizamos por crímenes cometidos por niños y adolescentes
al mismo tiempo que permitimos que los presencien en las películas
del momento y no estamos al lado de ellos para ayudarlos a discernir
entre el bien y el mal... ¿Cómo es que aún nos asombramos por la presencia
de la violencia en la educación?
La resolución de esta problemática se nos presenta como imposible.
Y claro que lo es si pensamos en una resolución inmediata y total.
Pero no debemos quedarnos en la queja y el eterno lamento por lo que
es y lo que debería ser. Hagamos algo.
¿Cómo? Mejorando nuestro entorno inmediato, respetando a un compañero,
a un jefe, a un subalterno. Cumpliendo con la Ley de los hombres y
la Ley de Dios... Empecemos a educar con el ejemplo.
Prof. Lic. Flavia
Vecellio Reane.
Analista en Medios de Comunicación.
Consultora. Periodista.
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