ROQUEROS SIN DESTINO
Entre la República de Cromañón y la cultura sojera
Por Raúl Domingo Motta
¿Cuál es el lugar de los jóvenes en el mundo actual? Interrogante que pertenece a una pregunta que lo engloba: ¿En qué mundo vivimos?
La respuesta recientemente anunciada por las autoridades educativas para debatir lo sucedido en el incendio del local bailable, que se llevó la vida de doscientos jóvenes por irresponsabilidad de distintos sectores de la sociedad argentina, en las escuelas no está mal, se trata de reflexionar y comprender la tragedia. Pero ¿para qué? ¿La sociedad argentina en general, aprende de las tragedias?
En la Grecia antigua el teatro griego representaba, a través del género trágico, los conflictos y paradojas de la vida humana. Los humanos vivían desgarrados entre sus deseos y sus resultados, entre el capricho del destino y la intención humana. Los dioses jugaban con nuestra especie. En este contexto el teatro griego enseñaba que el desafío humano consistía en encontrar la mesura personal y el temple necesario para vivir en el equilibrio precario de lo humano, objetivo imposible de cumplir sin la mesura política cuyo verdadero nombre era prudencia, y su capacidad para interpretar los signos de los tiempos (tempus), para vivir dignamente y convivir con el capricho de los dioses (templo) y lograr así un buen gobierno de parte de todos (tempor). Todo ello requería un gran temperamento individual y colectivo para anticipar, en el mejor de los casos, y conducir en el peor de ellos, las tempestades que siempre azotan a la humana condición.
Nada de esto sucede hoy, porque la juventud sabe que ella y sus mayores se hallan en la intemperie, es decir sin el tiempo propio para vivir, tiempo estratégico (tempus), ni el lugar para sacralizar la vida (templo), ni la prudencia del gobernante (templor) que somos todos nosotros y no solo la relativa mediocridad de turno. La República de Cromañón es una siniestra metáfora de un acontecimiento irreversible. Pero también es una metáfora y una alegoría de la situación generalizada de la sociedad contemporánea: degradación e insignificancia de lo humano.
"Callejeros"(nombre del conjunto de rock que tiene por costumbre tocar con el acompañamiento de bengalas en recintos cerrados de parte del público) y "Roqueros sin destino" (título del nuevo disco de ese promisorio conjunto de rock nacional), son también, signos y alegorías complementarias del anterior. "Calle" y "sin destino" parecen ser el lugar de los jóvenes de hoy, al menos ellos así lo señalan. Los otros nombres de esta situación son: intemperie (calle) y ausencia de futuro ("roqueros sin destino"). El futuro que heredamos de la sociedad moderna (construido tanto por izquierdas o derechas, hoy términos intercambiables) es una ruina. Los jóvenes lo saben. Sus padres vivieron el final de una opción ilusoria: el futuro asegurado y "sin riesgo" (sólo había que elegir entre el paraíso helado del Oeste o el festín interminable del Este) de la sociedad moderna. Se nos decía que sólo bastaba con portarse bien y todo, a la larga se cumpliría según lo planificado, salvo raras excepciones fáciles de omitir. Hoy la excepción es la regla y todos somos omitidos. Ejército de menesterosos y excluidos, escombros de valores y modelos de vida, educación descontextualizada y desorientada en medio de los fragmentos curriculares, niños de la guerra, irresponsabilidad social empresarial, indi-gestión del conocimiento, pedofilia creciente en los países "desarrollados", hipocresía tecnocrática de la ética y el desarrollo, hambre por doquier, narcisismo y omnipotencia delirante de los que más tienen, ceguera mediática, SIDA y desasosiego. En fin, fuego, horror y furia en el siglo de la Revolución Científica y Tecnológica, de las teorías del desarrollo y la agricultura intensiva.
Un mundo "sublime" diría un intelectual recién caído de su torre de marfil. Uno de los aspectos de lo sublime para la estética burguesa es ese sentimiento de horror que el espectador sufría frente a la contemplación sin riesgo de una catástrofe, sentimiento combinado con otro consistente en una especie de satisfacción por parte del espectador que se hallaba en un sitio seguro contemplando la tragedia de los otros. Pero lo que nos dicen las metáforas de la República de Cromañón y los familiares de los jóvenes fallecidos o heridos para siempre, es que hoy no hay para nadie, un lugar y un tiempo seguro desde donde contemplar desinteresadamente el dolor y el sufrimiento de los "otros". El "otro" es "nosotros" todos estamos a la intemperie, incluso si vivimos en un country o en una localidad pequeña y alejada dedicada al almacenaje de soja y cosechar riqueza para hoy y hambre para mañana. La barbarie ancestral (Cromañón) y la barbarie tecnocrática de expertos y dirigentes indolentes, combinadas, nos conducen a lo "sublime" planetario.
Esto los jóvenes lo saben, y les desespera escuchar el discurso autista de los adultos que siguen repitiendo los mismos discursos de siempre "un esfuerzo más y llegamos", "nunca más", "síganme, ..." y "persevera y triunfarás", el joven hoy siente que todo esto es una invitación a ser carne de cañón, sin embargo su desesperación y nihilismo o lo conduce a buscar una fuga en el "no lugar" de las drogas o tal vez, algo más extraordinario para aquellos que no pertenecen todavía al ejército de los excluidos, a trabajar, estudiar, amar, producir y buscar un cambio a pesar de todo y ser "roquero sin destino".
Hoy los líderes juveniles saben que la política debe ser como la salud, un sistema, un tejido inteligente de estrategias para resistir a la muerte, y no un mercado de recetas y fármacos para administrar la catástrofe. Pero esa política es la que debemos articular entre todos y a pesar de todo, al menos la literatura de todos los tiempos así lo señala, siguiendo la línea de que los sentidos profundos de la vida son posibles cuando hay un equilibrado y real cruce entre nuestro tiempo estratégico (el tempus de todos los días), el lugar donde podremos hacerlo en presente-futuro de nuestras ciudades (templo) y que podamos articular lo que un verdadero régimen democrático necesita para perpetuarse, un buen co-gobierno (tempor), entre gobernantes y gobernados.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Resolución recomendada 800 x 600 pixeles
© Copyright 2008 - Flavia Lorena Vecellio Reane
Todos los derechos reservados