Te ofrecemos aquí un modo más para que te conozcas un poco mejor. Para ello, luego de leer el siguiente párrafo de Carl G. Jung, y teniendo presente los resultados obtenidos al resolver el test de Intereses de Holland, te invitamos a meditar sobre tus expectativas laborales para el ejercicio de la profesión que elegiste, y a continuación redactá una reflexión personal de no más de 20 líneas. Vas a ver cuánto de vos mismo comenzás a reconocer, una vez iluminado con luces de diferentes colores: los colores de tus verdaderos intereses personales.
"Sólo se puede llegar a decidir moralmente el camino propio cuando se le considera el mejor. Si se considera otro camino se seguiría y por lo tanto se desarrollaría en ese sentido la propia personalidad. Los demás caminos son conveniencias de índole moral, social, política, filosófica y religiosa. El hecho de que las conveniencias siempre florezcan en una forma u otra, prueba que la abrumadora mayoría de los hombres no elige el camino propio sino el de la conveniencia, y por lo tanto sólo se desarrolla en ellos mismos un método y, en consecuencia, un fenómeno colectivo a costa de la propia integridad".(1)
¿Cuál fue el resultado de tu reflexión luego de leer el texto? ¿No es cierto que te replanteaste alguna que otra cosa? Lo cierto es que varias son las preguntas que se pueden plantear respecto a los propios esquemas de concreciones personales. Para facilitar un poco la tarea de indagación en cuanto a intereses vocacionales / laborales se refiere, a continuación, te apuntamos una serie de cuestiones que ayuden a "hacer foco" en lo que verdaderamente es tu predilección profesional. Te recomendamos, eso sí, que las respondas pausadamente, sin apuros, como si hablaras con vos mismo.
a) ¿Tu trabajo, tu carrera, te reconforta, te gusta lo que hacés?
b) Con tu actividad laboral ¿lográs, o crees que lograrás, producir lo necesario para sustentarte?
c) ¿Buscás satisfacer, con tu carrera o actividad, otras necesidades que no sean netamente las de supervivencia?
d) Haciendo un racconto, hasta la fecha ¿pudiste realizar algunos de tus sueños gracias a tu trabajo?
e) Si en la pregunta anterior tuviste que responder, tristemente, no... ¿Igual te conformás, por alguna otra razón?
f) Si ahora respondiste sí, ¿cuál es era razón? ¿Qué otra necesidad estás priorizando?
g) ¿Acostumbrás a cambiar de esquemas de trabajo o preferís quedarte con los que ya conocés, en los que, al ya haberlos experimentado, te sentís más seguro?
h) ¿Te quejás, con frecuencia, por tu trabajo, por tu carrera?
i) ¿Trabajás, tal vez, en una empresa familiar relacionada con tu carrera? Si no es así, ¿estarías dispuesto a hacerlo?
j) Al momento de elegir tu profesión ¿tuviste en cuanta el respeto a alguna tradición familiar? Si tu respuesta es sí... ¿Alguno de tus familiares fue pionero dentro del mundo de tu actual profesión?
k) ¿Ejercés tu trabajo o elegiste tu carrera inducido por deseos paternos? Si es así, ¿cómo te afecta este hecho?
l) ¿Ejercés tu trabajo o elegiste tu carrera para enfrentarte a tus padres, en rebeldía? Si esa es la razón... ¿cómo te sentís al reconocerlo?
m) En tus sueños más privados ¿deseás dejar un legado a la humanidad con tu trabajo, o simplemente te conformás con cumplir (o deseás cumplir) con tus necesidades materiales?
n) Hacé una mirada retrospectiva, recorriendo la historia de tu familia. ¿Hay aventureros en ella? (Alpinistas, aviadores, científicos, autodidactas, fundadores, bohemios, poetas, artistas).
o) ¿Podrías hacerte cargo y enfrentar el conflicto de romper con un mandato familiar, con el riesgo de alejarte de tu familia, a fin de realizarte como persona?
p) Y tal vez lo más difícil... ¿Podrías romper con estructuras que vos mismo te impusiste en algún momento, a fin de alcanzar metas, si ahora te das cuenta de que no es lo que verdaderamente te hace feliz?
Una vez respondidas con sinceridad todas estas preguntas, conviene que releas la conclusión que redactaste luego de leer el primer texto de este trabajo de reconocimiento personal, y te tomes un momento más para vos mismo. Dejá que las respuestas se vayan decantando en tu mente, y luego, tal vez al otro día, respondé una pregunta más: El camino que elegí caminar, ¿es el camino que todavía hoy quiero transitar? ¿Hacia dónde estoy yendo al seguirlo, cada día de mi vida?. Si no te gusta ese camino ¡no desesperes! ¡Muy por el contrario! ¡Tengas la edad que tengas, tenés que celebrar el hecho de que un momento de reflexión que te regalaste te haya servido para darte la oportunidad de crear tu verdadero camino! TU CAMINO, UNICO E INTRANSFERIBLE. Porque, como ya lo dijo el poeta, en realidad, no hay camino. El camino, lo vamos haciendo al caminar.
1 Jung, Carl G. La realidad del alma. Losada. Buenos Aires, 1991
Prof. Lic. Flavia
Vecellio Reane.
Analista en Medios de Comunicación.
Consultora. Periodista. |
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